Este fin de semana, el grupo de Estilo II-III, más que una convivencia, fue un reencuentro con lo esencial.
Cerramos un curso lleno de aprendizajes, desafíos y crecimiento compartido. Y lo hicimos de la mejor forma posible: rodeados de risas, abrazos y momentos que quedarán grabados en el corazón.
Nos encontramos en cada dinámica, en cada conversación sincera, en cada mirada cómplice. Porque a veces, lo único que necesitamos es parar, respirar y ser conscientes de que no estamos solos. Aquí, entre amigos y compañeros, descubrimos que el verdadero refugio está en quienes caminan a nuestro lado.
Jugamos, reímos, reflexionamos y nos atrevimos a ser vulnerables. Y en cada actividad, en cada palabra, reafirmamos lo valioso de Anawin, que no solo acompaña, sino que impulsa y fortalece.
Gracias a todos por hacer de este cierre de curso una experiencia tan especial. Aquí siempre seremos refugio, aquí siempre seremos nosotros mismos. 💙
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